Luego de muchos años,
finalmente los guerreros germanos lograron invadir y ponerle un fin al Imperio
Romano. El rey bárbaro se convirtió en rex Italiae. Rómulo Augústulo fue
asesinado por los hérulos.
(Por AUGUSTUS Y OCTAVIUS).
En el día de ayer, Romae cayó
y fue derrotado. Adiós al Imperio. Odoacro y su ejército se apoderaron de la
ciudad mediante la fuerza que los caracteriza. Probablemente sean los próximos
dueños de la Tierra. La confusión, desilusión y tristeza del pueblo romano es
más grande de lo que nunca fue. En las calles no se ve a nadie,
exceptuando a los salvajes guerreros de Odoacro. La población se siente
arrinconada. Nadie sale a ningún lado. La gente ya no sabe qué hacer. Rebelarse
no parece la mejor opción, emigrar quizás sí lo es, y muchos ya lo hicieron.
Pero ya no nos queda nada, todo nuestro territorio se esfumó de nuestras manos
y nuestro gobierno desapareció. Pero lo que nunca podrán eliminar es
nuestro legado, eso no será borrado por nada ni por nadie. El nuevo rey quiere
imponer su religión, pero nosotros fuimos, somos y seremos cristianos,
sin importar lo que diga o haga, y también su lengua, que no será aceptada
jamás. Algunos luchan por nuestros derechos, y otros se sientan en sus hogares
a derramar lágrimas por doquier.
La
estrategia del monarca para invadir la ciudad y así vencerla, fue inteligente y
eficaz. Primero, fue puesta en práctica por los que se encontraban afuera de la
ciudad. Ellos tiraron flechas de fuego en todas direcciones, pero no fueron
lanzadas en vano, sino a puntos donde los germanos que estaban dentro, habían
colocado paja, pasto seco, madera o cosas que se incendiaran. Así entraron con
facilidad, ya que todos los ciudadanos fueron a calmar las llamas, y de esta
manera terminaron con una civilización que tanto ruido hizo en el mundo. El
ejército germano marchó hacia el centro de la capital imperial y así tomaron
posesión de Romae. La población quedó furiosa con la táctica, y con sed
de venganza. Años atrás, las potencias gobernadoras de la Tierra habían
firmado un acuerdo que mencionaba las formas de atacar al adversario o de
defenderse del mismo, y la que los hérulos usaron no estaba entre las del pacto.
Algunos aseguraban que se tomarían vendetta, incluyendo al general mayor
del ejército. Este hombre es una de nuestras virtudes más grandes. Estuvo al
lado de varios emperadores en muchas batallas. Era un gran luchador y se creía
a su brazo derecho como el más fuerte del planeta. Una mujer declaró: “A pesar
de la caída, Romae no morirá hoy”. Otro hombre dijo: “El Imperio fue
derrotado por un pueblo que, de no haber sido por quebrar el pacto, hoy no
estaría reinando. Ante los ojos de Dios son todos pecadores y serán enviados al
infierno luego de su indigna vida”.
Ayer
a primera hora, una primera oleada partió con destino al sur, para llegar a Siciliam.
Desde ahí partirán hacia diferentes rumbos . Un emigrante dijo que ya no se
podía vivir en la capital, que el clima estaba muy tenso, y que estaban en una
posición desfavorable ya que nosotros éramos los dominados. Otro aseguró que
intentaría encontrar un lugar cómodo en territorio extranjero. Pero se verían
perjudicados al pasar unos días, ya que cuando todos arribaron a Neapoli,
el ejército no los dejó atravesar la ciudad, y por más esfuerzo que hicieron,
incluyendo la fuerza y la violencia, no lograron quebrar a los soldados, que
les presentaron una única opción: dar media vuelta y volver por donde vinieron.
Pero sin duda no nos conocen lo suficiente. Los romanos resistieron y
finalmente, lograron vencer psicológicamente a los hérulos y ellos los dejaron
pasar por la ciudad y seguir su rumbo. Hoy llegaron a Siciliam. Uno se
declaró feliz y le comunicó a la prensa: “Siento que así comienza una nueva
vida, llena de misterios, pero el destino ya me tiene preparado algo y ruego a
Dios, Nuestro Señor, que me ayude y me de fuerzas”.
Además,
hay serios problemas con la comunicación, ya que los “nuevos dueños” de Romae
están lejos de hablar latín. Eso nos ubica en desventaja porque no podemos
interpretar lo que dicen. En el día de ayer una fuente confirmó que hubo
algunos disturbios entre las personas importantes, porque oyó gritos por la
noche que provenían de dónde está ubicado el rey y sus inferiores. Pero la
persona que escuchó, no logró entender la discusión, que terminó según lo que
relata con una pelea física. Casualmente, hace unas horas, encontraron un
cuerpo a las orillas del Tiberim, que dicen que corresponde a la mano
derecha de Odoacro. Este pobre hombre había comandado a su lado por años, y
algunos dicen que lo que causó su odio mutuo fue la mujer de Odoacro, que
supuestamente le había sido infiel hace unos años. Era un hombre respetado por su
gente, pero ya no más. Muchos de los soldados forzaron a los ciudadanos que se
cruzaban -desafortunados ellos al encontrarse con los guerreros- a hablar como
ellos, y los que se negaron rotundamente fueron decapitados sin piedad.
Los
patricios están luchando por nuestros derechos. Ellos son los más importantes
de nuestra sociedad y los únicos que nos defienden. Amaban a Romae más
que a nada, y por eso se sienten obligados a luchar por ella hasta su último
suspiro.Ya se presentaron ante los germanos y han platicado con ellos. Pero no
nos informaron nada, aunque se dice que han llegado a un acuerdo acerca de
varios aspectos. Celsus ayer declaró frente a la prensa, y aseguró que estaban
tratando con los hérulos y que ellos se sentían próximos a finalizar la
conversación exitosamente.
Cae Roma debido al ataque hérulo (ARN) |
Odoacro tuvo muchos
triunfos y conquistas en su vida, pero sin duda, éste ha sido y será el de más
importancia. Gobernará Romae, querramos o no, así lo deparó el destino,
y así lo quiere Dios.
Así
estamos hoy, en la capital del mundo, dominados por salvajes que luego de mucho
tiempo, nos conquistaron y nos quitaron nuestro hogar. Todavía seguimos aquí,
la mayoría, y a pesar de estar bajo la orden de extranjeros, no nos moveremos y
mucho menos abandonaremos nuestra querida ciudad. Este pueblo es mucho más
fuerte de lo que se cree, y no bajará los brazos hasta que la sangre no circule
más por su cuerpo y el corazón no les dicte más que hacer.